Publica el Jueves, 21 de agosto de 2014:
ENTREVISTA CON EVELIO RODRÍGUEZ 'MOLINA'
Confieso que he bebido, que bebo y que, Dios mediante, seguiré bebiendo. Bebo vino y cerveza, pero casi siempre aderezados con gaseosa. O sea, que en realidad soy adicto a la gaseosa.
Años atrás, en un reconocimiento médico de la empresa, ante la pregunta de rigor por el consumo de alcohol, admití esta debilidad, y de forma automática fui catalogado como “bebedor habitual”. Con tal estigma sobre mi cabeza, decidí que, de perdidos al río, y lo que era un vicio esporádico lo convertí en diario. El “tinto de verano” y la “rubia de verano” reportan un placer casi indescriptible. Cuando vas a comer a un restaurante de cierto caché y pides una de estas bebidas, de inmediato pasas a ser considerado un paleto integral. Ellos se lo pierden: allá cada uno con sus complejos. A nadie le amarga un Vega Sicilia, desde luego, pero además de ser carísimo te deja la gaseosa hecha unos zorros. El auténtico “gaseosófilo” sólo le pide una cosa al vino o a la cerveza: que no le estropeen la gaseosa. ¡A que va ahora algún listillo y la prohíbe!
Pablo Álvarez (Publicado en La Nueva España)